La Forma De Tus Orejas Realmente Puede Cambiar La Forma Del Mundo Que Te Rodea


Puede que no pasemos mucho tiempo pensando en nuestras orejas pero deberíamos cuidarlas mejor, porque son esenciales para darle sentido al mundo que nos rodea.

De hecho, son tan sensibles y complejas que los científicos aún están descubriendo cosas nuevas sobre cómo se comunican con el cerebro y los límites impresionantes de ese poder.

Ya se entiende bastante bien cómo el cerebro realiza la localización del sonido en el panel horizontal, gracias en parte a lo que se denomina diferencia de tiempo interaural (DTI).

El DTI es básicamente un sistema estereofónico, donde un retraso infinitesimal pero perceptible, entre el momento en que las ondas de sonido llegan a su oreja izquierda y a la derecha, le dice al cerebro si la fuente de ese sonido está ubicada hacia la izquierda o derecha respectivamente.

¿Pero qué hay desde abajo? Eso no se entiende tan bien, pero un estudio reciente dirigido por el neurocientífico Régis Trapeau de la Universidad de Montreal en Canadá arroja nueva luz sobre cómo diferenciamos los sonidos en el panel vertical.

Dieciséis voluntarios se turnaban para sentarse en una cúpula, con los investigadores tocando sonidos de diferentes puntos alrededor de la cúpula mientras observaban la actividad cerebral de los participantes a través de escáneres de resonancia magnética funcional.

Los escaneos revelaron que a medida que la fuente de los sonidos aumentaba, la actividad neuronal se reducía. No se entiende exactamente por qué ocurre esto, pero los investigadores creen que podría ser algún tipo de adaptación evolutiva a los sonidos que emanan de debajo de nosotros, en lugar de estar por encima de nosotros.

Pero resulta que la respuesta puede cambiar sutilmente, si la forma de la oreja cambia.

Eso normalmente no ocurre, pero en los experimentos, la inserción de moldes finos de silicona en las orejas de los participantes desvió su localización de sonido vertical, haciéndoles pensar que los sonidos provenían de lugares en los que no estaban.

"Pondríamos un sonido por encima de la cabeza del participante, y él diría que está abajo", dijo Trapeau al New York Times.

Después de un período de tiempo -durante el cual los voluntarios se mantuvieron usando los moldes- los participantes se adaptaron a los nuevos contornos artificiales de sus orejas externas y volvieron a controlar su orientación vertical.

Pero es solo una muestra cómo algo tan sutil como la forma de nuestras orejas afecta radicalmente nuestra percepción del mundo que nos rodea.

Y aún hay mas cosas por saber.

Por ejemplo, cómo es que existe un vínculo misterioso entre el tabaquismo y la pérdida auditiva, y cómo una de cada cinco personas puede "escuchar" cosas que en realidad no producen ningún sonido, un fenómeno llamado respuesta auditiva evocada visualmente (también conocido como vEAR).

Y cómo es probable que tu oreja derecha sea mejor para escuchar que la izquierda en momentos en que tu cerebro está sobrecargado, o cómo hay una relación neurológica inexplicada entre el tinnitus y el dolor crónico.

Claramente, los oídos son extraños, pero también maravillosos, con un potencial sin explotar para hacer cosas que casi parecen superpoderes, como aprender a imitar las habilidades de ecolocación de los animales, detectar el tamaño de una habitación con nada más que un clic en la lengua.

Parece imposible, claro, pero otros estudios están demostrando exactamente lo mismo.

Así que cuídate las orejas, porque son totalmente increíbles.

Los nuevos hallazgos se informan en The Journal of Neuroscience.

Fuente consultada:
https://www.sciencealert.com/how-shape-ears-determines-the-shape-world-around-you-sound-localisation

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